Comentario
Aliada del Eje y ocupada por el Reich en 1940, Rumania entra en guerra contra la URSS en 1941 y sufre grandes pérdidas humanas, por lo que toma cuerpo la difusa hostilidad existente contra los alemanes. Esta se manifiesta ya claramente, como resistencia, después de Stalingrado -febrero de 1943-. Ahora, el dictador fascista Antonescu desearía la paz con británicos y estadounidenses, prosiguiendo la guerra contra la URSS. Pero los aliados rechazan la propuesta y responden con bombardeos sobre el país. El régimen realiza entonces tanteos con la URSS, pero ya es tarde. La Resistencia inicia, desde enero de 1944, una campaña de sabotajes contra los alemanes y las tropas gubernamentales, mientras que el Ejército Rojo se aproxima a las fronteras, que son atravesadas entre abril y mayo. Ante la situación, el Rey destituye a Antonescu -agosto- y se inicia la insurrección general. Asimismo se forma un gobierno de concentración nacional, que incluye a los izquierdistas y que pone fin a la guerra con los soviéticos, que han ocupado Bucarest a finales de agosto. El armisticio se firma el 12 de septiembre, mientras todavía se combate dentro los alemanes en retirada.
Como habían hecho con respecto a Italia, los aliados acabarán admitiendo a Rumania como cobeligerante -pero no como aliada- y se le permitirá reconstituir un ejército bajo mando supremo aliado. Este llegará a tener casi medio millón de hombres y contribuirá notablemente a la liberación del país.